miércoles, 1 de agosto de 2012

Todo un dia llega a su fin.


Todo algún día acaba, hasta la mejor relación llega a su fin. Un día te enamoras y todo es perfecto, nada en tu alrededor podrá destrozar el momento que estas viviendo, todo a tu alrededor se para, la vida se para y solo estas tu y esa persona que te conquisto con bonitas palabras o simplemente con una sonrisa, una mirada.
Pero también llega el día en que todo se desmorona, en el que todo en lo que creíste desaparece y queda en el recuerdo. Llega el momento en el que todo parece ser parte de una pesadilla que empezó siendo un perfecto sueño. El sueño de toda niña que soñaba con sapos que se convertían en príncipes azules, sin saber que ocurre justamente al contrario, el príncipe azul termina resultando ser un sapo. Y quizás tengas suerte y no vuelvas a saber de la existencia de ese sapo o quizás tenga que ver como el sapo se va con la rana que en el sueño de la niña era la hermosa doncella que seguía a la princesa en sus aventuras. En este momento, lo mejor es guardar los recuerdos en una caja de hojalata y no volver a abrirla jamás, no hay que llorar, llorar es demostrar que te importan pero los sapos no entienden de lagrimas. La vida te está diciendo algo, quizás que la puerta que habías abierto era la equivocada o quizás que el camino es pedregoso y esto no es más que una piedra en el camino. Sea como sea, lo mejor es cerrar la puerta y saltar las piedras con cuidado de no tropezar.

Sin embargo, es muy fácil decirlo, pero esa puerta, si la cerramos no lo hacemos de inmediato, y cuanto más tardemos en hacerlo más nos costará hacerlo, es proporcional. Es fácil guardar en una lata los buenos recuerdos pero los que te hacen daño, lo que verdad te hacen sufrir quedan pegados, como si fueran mil agujas clavadas. Pero se que algún día encontrare el valor para dar un tirón seco y arrancarlos para siempre, aunque si lo piensas bien, puede que queden hay para recordarnos aquella piedra en el camino y para que no volvamos a tropezar. Lo que es seguro es que es una lección que debemos aprender. 

Es importante saber que la vida no termina aquí, es justo el momento de empezarla. Como alguien me dijo una vez, la vida no es de color de rosa, seria muy aburrido mirar por la ventana y verlo todo rosa, los coches, los arboles, las casas… es justo el momento de darnos cuenta de quien somos y de lo que queremos, no queremos sufrir pero es parte de la lección que nos da vida. Todos queremos que la suerte nos sonría y si no lo hace hablamos de injusticias, incluso de fracasos. Pero fracasos nunca, seguimos esforzándonos en lograr nuestros objetivos, y ese debería ser nuestra mayor meta, esforzarnos por conseguir lo que de verdad nos importa. Un fracaso seria esperar, esperar no sirve de nada, es preferible levantarse las veces que haga falta pero que todo sea fruto de nuestro esfuerzo y mostrarle al mundo de lo que somos capaces. Dicho esto, ser felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario