¿Cuantas
veces nos hemos prometido no volver a llorar? ¿Y cuantas veces hemos roto esa
promesa? Siempre nos decimos que tenemos que ser fuertes, pero en malos
momentos es difícil.
¿A
quien no le gustaría levantarse siempre con una sonrisa de oreja a oreja, poner
los pies en el suelo y que todo sea perfecto, que no tengamos ningún problema
ni preocupación? ¿A quien? A todos nos gustaría, pero sin esos problemas o preocupaciones
no nos haríamos más fuertes.
Hay
que pensar, que las cosas siempre pasan por alguna razón. Mirar hacia delante,
dibujar una sonrisa con tus labios, aunque no sea verdadera en ese momento y
decir que vas a comerte el mundo. También sé que es cuando menos hambre tienes
y que comerte el mundo es una gran muralla. Y por tiempo que pase, 10 minutos,
20 horas o 15 días, ese dolor esta ahí.
Pero
también hay momentos que las sonrisas salen solas, y cuando estamos solas, es
junto el momento en el que las personas nos sentimos más vulnerables y ahí que
nadie nos ve, lloramos.
Nunca
la soledad ha sido buena, pero de vez en cuando nos deberíamos dedicar un par
de minutos, nosotros solos, y llorar no siempre está mal, es una forma de
desahogarnos. Aunque suene raro, a veces, cuando estoy mal, me gusta la
sensación que se me queda después de llorar, pero llorar, de esas veces que se
te nublan los ojos y no ves nada, los siguientes minutos me siento una de las
personas más seguras, me digo a mi misma lo fuerte que voy a ser a partir de
ese momento, y aunque solo dure un par de minutos me ayuda a tirar para
adelante.
No
entiendo las personas que siempre necesitan a otra a su lado, se las dan de muy
independientes y de que no les gusta que les agobien ni nada por el estilo,
pero sin alguien a su lado, no sabrían salir de una habitación teniendo la
puerta abierta, por mal que suene, se morirían de asco.
Una
vez conocí a una persona así, siempre tenia a alguien a su lado, se lo decía
muchas veces, “tu no sabes estar sola”, ella decía que si sabia. No sabia. Y lo
peor de todo es que aun no sabe. Esa gente, me atrevería a decir que es un poco
envidiosa, porque si tienes algo que ellos no, harán todo lo posible para
conseguirlo, cueste lo que cueste, incluso pudiendo hacer daño a la persona que
tenían cerca y la valoraba de verdad. Lo peor de esa gente es que se piensan
que las cosas se pueden solucionar con un simple “lo siento” o mi preferida “yo
no quería”… no querías pero lo hiciste, ahora no hay vuelta atrás. Y como digo,
hay cosas que no se resuelven con un “lo siento”. Pero la psicología de estas
personas llega más allá, incluso pueden llegar hacerte sentir culpable a ti. No
os dejéis engañar, porque seguro que todos conocemos a alguien así. No saben
estar solos.
Amigos,
pensad las cosas antes de hacerlas, puede que consigas algo que llevabas
buscando mucho tiempo pero si para eso pierdes algo importante de tu vida, a lo
mejor no merece la pena buscar tanto.
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