martes, 14 de agosto de 2012

Como niños.


La estupidez humana puede llegar a ser muy grande, ¿quién no lo ha dicho o lo ha pensado? A veces nos comportamos más como un niño que como persona adulta que somos.

Varias veces he dicho que son peor los de 30 que los de 20. Y así es, cuanto más viejo más pellejo. Es un dicho que se suele decir, pero a veces es más que cierto. He conocido a muchas personas que en ocasiones no se comportan acorde a su edad. Y también muchas veces les he dicho que parecen que tengan 5 años y no los que tienen. También mucha gente me ha dicho que soy bastante madura para mi edad, no, no es que sea madura, pero intento no comportarme como una cría. Y digo, intento.

Todos nos hemos comportado como niños, a mi también me da la locura y de repente me pongo a dar saltos en el sofá como si no hubiera mañana. Y, ¿sabéis que? En ese instante soy la mujer más feliz del mundo, si, haciendo el idiota, comportándome como una niña, eso que ahora critico. Pero intento no hacerlo en publico, delante de otras personas y que sobre todo no me conocen.

Sobre todo no me gusta la gente que se comporta así para ser el centro de atención, nunca me ha gustado ser el centro de atención, tampoco ser un mueble en una esquina, porque eso a nadie le gusta. Pero ser el centro de las miradas nunca me ha gustado, y que alguien cercano a mi intente serlo, comportándose como un niño, dejándose en ridículo tampoco. A lo mejor suena un poco egoísta. A veces pienso que lo es.

En cuanto a la edad, conozco a personas tanto de 20 como de 30, y todas las personas nos movemos por lo mismo, por nuestros interés. Si tu interés es ser el centro de atención, harás lo necesario para conseguirlo.

Hay veces en la vida que sin quererlo nos comportamos como niños. Y en ocasiones está bien dejarnos llevar, siempre y cuando no afecte a nuestro alrededor. Porque gracias al niño que llevamos dentro no nos volvemos locos, pero hay veces que tenemos que olvidarnos de eso niño y madurar.

¿Pero realmente que es madurar?

Chicos, no hay que olvidar al niño que llevamos dentro, pero tampoco comportarnos como tal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario